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¿Son ugrofineses los Altos Elfos?

La inspiración inicial de Tolkien para crear el quenya, el lenguaje de los Altos Elfos, nace de su descubrimiento del finés. ¿Cuán similares son, pues, ambas lenguas?

por Harri Perälä
Publicado en Saunalahti, el 8 de enero de 2000
Traducción: Paulina Barrera Navarro - Noviembre 2005

Véase también: Más sobre la relación del quenya con el finés en Internet

Índice

Introducción

El quenya es una lengua construida creada por el profesor J. R. R. Tolkien. Es la lengua de los Altos Elfos en Arda, el “mundo secundario” de Tolkien en el que transcurren sus novelas, tales como El Señor de los Anillos. Tolkien creó numerosas lenguas como parte de su mundo de ficción, pero sólo las dos élficas, el quenya y el sindarin, llegaron a ser más o menos completas.

A continuación trataré de señalar las similitudes y las diferencias entre el quenya y mi lengua materna, el finés. Me centraré en los estados finales del lenguaje, denominadas a veces quenya maduro (véase “La historia del quenya desde nuestro punto de vista”).

No soy un especialista en lingüística y pido disculpas por las inexactitudes terminológicas en que pudiera incurrir. Aceptaré encantado cualquier sugerencia al respecto.

Resumen

Según su creador, los principales modelos para el quenya fueron el latín, el finés y el griego. Tal vez pueda argüirse que el finés fue el más importante inicialmente, puesto que proporcionó a Tolkien el impulso inicial para crear el quenya. Es innegable la fuerte influencia finesa en las formas más tempranas del lenguaje, al menos en lo tocante a vocabulario, del que la mayoría de los vocablos son fineses en estilo. Posteriormente, la lengua se distanció algo más del finés, aunque sin llegar desaparecer sus similitudes.

La comparación gramatical entre ambos lenguajes demuestra que ambos son eminentemente declinativos, con un gran número de casos para el sustantivo. Sin embargo, los detalles de sus respectivas estructuras no parecen muy similares. Por lo que sabemos de la gramática del quenya, parece ser algo más simple que la del finés.

La fonética y la fonología (Los sonidos de un lenguaje y el sistema que forman) eran importantes para Tolkien, que por encima de todo quería que sus lenguas tuvieran un sonido armonioso. En este aspecto, ciertos rasgos del quenya concuerdan netamente con los del finés. En ambas lenguas son frecuentes las vocales, y ninguna de ellas hace uso de complejos núcleos consonánticos. Existen sin embargo numerosas diferencias, como por ejemplo que el quenya posee numerosas consonantes ajenas al finés. Tampoco posee muchas de las peculiaridades consideradas típicas del finés.

Como consecuencia natural de las similitudes en estructura fonética, el quenya tiene numerosos vocablos que no resultarían imposibles en finés. De hecho, varios de ellos existen en finés, con distinto significado. Un diccionario etimológico de Tolkien contiene alrededor de una docena de préstamos léxicos auténticos del finés, algunos de los cuales el lector atento encontrará en El Señor de los Anillos. Algunos nombres quenya en la mitología de Tolkien pudieran asimismo tener raíces finesas.

También Rautala ha planteado, medio en serio, medio en broma, una pregunta semejante a la que da título a mi artículo. Su respuesta es “no”: si el quenya fuera un lenguaje “real” no podría clasificarse dentro de la familia ugrofinesa. Soy de la misma opinión. El quenya constituye una lengua netamente separada, aunque deba mucho a modelos como el finés.

La historia del quenya desde nuestro punto de vista

En sus años jóvenes como estudiante en Oxford, J. R. R. Tolkien vino en conocimiento de una gramática finesa. Dicha lengua lo impresionó profundamente, y así lo relató posteriormente en una carta: “Fue como el descubrimiento de una entera bodega llena del vino más asombroso, de una especie y un sabor nunca degustados antes. Me intoxicó por completo” (V. Carpenter y Fauskanger).

Los lenguajes habían sido la afición de Tolkien desde su infancia, y ya se había aplicado a la invención de algunos. Con esa nueva fuente de inspiración, empezó a trabajar en la creación de un lenguaje fuertemente influido por el finés. A medida que lo desarrollaba, empezó a sentir que el lenguaje necesitaba de una historia y de un mundo en donde ser hablado. Durante la Primera Guerra Mundial, Tolkien decidió relacionar el lenguaje con los relatos míticos que hacía poco había empezado a escribir. Con el tiempo los relatos se convertirían en El Silmarillion y el lenguaje pasó a ser un idioma élfico llamado qenya.

La influencia del finés era evidente en las primeras versiones del “qenya”. Si miramos el listado de uno de sus primeros glosarios, podemos encontrar muchos vocablos fineses o pseudofineses. El idioma sufrió numerosos cambios (entre los menores, la modificación ortográfica de su nombre a “quenya”), hasta alcanzar la forma relativamente definitiva que encontramos en El Señor de los Anillos y en los escritos posteriores. Algunos llaman a esta forma, que no parece contener tantos préstamos directos del finés, “quenya maduro”.

El finés, por supuesto, no era el único lenguaje que influyó sobre el quenya. Tolkien mismo dijo del quenya que “sobre la base del latín, se la ha compuesto con otros dos ingredientes (principales) que me producen placer "fonoestético": el finlandés y el griego” (de una carta citada en Fauskanger, Ancient Tongue). Además, en el mensaje TolkLang 28.48 B, Philip Jonsson señala que el protolenguaje élfico y el quenya se encuentran influidos por las lenguas urálicas en general, y no únicamente por el finés.

La historia del quenya desde el punto de vista de los Elfos

Además de su historia en el mundo real, el quenya tenía asimismo una historia imaginaria inventada por Tolkien. El desarrollo del élfico y de otras lenguas forma parte integral de la historia de Arda.

Al igual que las otras lenguas élficas, el quenya proviene del protolenguaje conocido como quendiano primitivo. En Valinor el quenya era el lenguaje común hablado por los Vanyar, los Noldor e incluso los Valar. Los Noldor acabaron llevándolo a la Tierra Media. En Beleriand, sin embargo, se prohibió a los Exiliados Noldorin utilizar su lengua en público. El quenya sobrevivió, pero convertido en un lenguaje esencialmente escrito o en una “alta lengua” para ceremonias.

Se suponía que el quenya era un idioma arcaico. “Conservaba los rasgos esenciales de la lengua élfica original, inventada por los Elfos cuando despertaron por primera vez junto al lago Cuiviénen (Fauskanger, Ancient Tongue) El finés es también muy conservador en lo tocante a la estructura fonética de las palabras. Por ejemplo, ha conservado las vocales finales en muchas palabras ugrofinesas antiguas y viejos préstamos del alemán. Esto queda demostrado por el antiguo vocablo germánico *raudha 1: en sueco se ha convertido en röd y en inglés en red, pero en finés se conserva bajo la forma de rauta (Hakulinen).

La voz rauta también existe en quenya, lo que permite algunas comparaciones interesantes. Según un apunte etimológico, en quenya rauta deriva de la raíz RAUTÂ, lo que quiere decir que el vocablo ha cambiado aparentemente poco desde su forma más temprana. En sindarin, una lengua élfica emparentada, también hay una palabra con el mismo origen. Ese vocablo, sin embargo, ha sufrido más cambios y se ha convertido en rhaud o -rod. (Tolkien)

Gramática comparada

Las similitudes en estructura fónica se citan a menudo a propósito de la relación del quenya con el finés, pero no es éste aspecto el único en que se aprecian conexiones. “La estructura gramatical [del quenya]”, escribe Fauskanger, “que presenta gran número de casos y otras inflexiones, está claramente inspirada en el latín y el finés” (Ancient Tongue).

Así, tanto el finés como el quenya son lenguas sintéticas, que significa que se expresan mediante la adición de sufijos en vez de valerse de preposiciones y de otras partículas léxicas separadas. Un ejemplo simple de esto es la expresión “en una casa”, que se dice talossa en finés y parece ser que coasse en quenya.

Si las palabras y las terminaciones pueden “pegarse” entre sí sin modificarlas, hablamos de una lengua aglutinante. En principio, tanto el quenya como el finés lo son, pero ninguna es una lengua aglutinante pura. Un ejemplo en quenya es casar + el sufijo partitivo plural -li que da casalli y no casarli (Fauskanger, Ancient Tongue). En finés, hauki + -n de genitivo da hauen, no haukin.

En finés, se admite comúnmente que existen quince casos para los sustantivos, mientras que el quenya maduro poseía nueve o diez. Los casos en sí son muy diferentes para cada una de las dos lenguas, pero el número de casos respectivos parece indicar que ambos idiomas están más próximos entre sí que la mayoría de lenguas indoeuropeas. Los únicos casos que parecen estar relacionados son el locativo en quenya, -sse y el inesivo en finés, -ssa/ -ssä, que utilicé en el anterior ejemplo de “en la casa”.

En quenya por lo general los pronombres aparecen solamente como sufijos: por ejemplo en hiruvalye (tú hallarás), la parte que significa “tú” es lye. Los verbos fineses presentan inflexión en concordancia con el sujeto de la frase, y a menudo el pronombre se omite, pero según creo hay otros lenguajes más próximos al quenya en ese aspecto.

Al menos uno de los sufijos pronominales parece ser un préstamo del finés: la primera persona del plural viene señalada por -mme en ambos idiomas (aunque el quenya tiene también otra forma para la primera persona del plural). En quenya se da también como pronombre separado, me (nosotros). En esto también es idéntico al finés. Un caso más dudoso es la primera persona del singular, que en quenya puede ser tanto -nye como -n. De éstas la última forma coincide con el sufijo finés, pero podría tratarse de una mera coincidencia, puesto que las nasales son habituales en los pronombres de primera persona en lenguas de todo el mundo.

Sin embargo, el quenya parece tener una estructura más simple que su modelo ugrofinés. Por ejemplo, en finés existen numerosos sufijos, como -ko/ -kö, kaan/ kään y -han/ -hän que se usan para expresar preguntas, para dar énfasis, etc. (toimiikohan tämäkään significa “me pregunto si esto funcionará siquiera”). Dichos sufijos no tienen equivalencia en el corpus publicado de quenya. Es probable que un número elevado de formas complicadas no coincidiera con la idea que tenía Tolkien de una lengua bella.

Los sonidos del quenya y del finés

Primero nos centraremos en las consonantes de ambos lenguajes (cada fila corresponde grosso modo a diferentes tipos de sonidos)2:

quenyafinés
  
t, p, ct, p, k
d, b, gd
s, f, h, hw, hy    s, h
vv
n, ng, mn, ng, m
l, hll
r, hrr
w, yj

C en quenya y k en finés representan el mismo sonido escrito de forma diferente, al igual que y y j. Con ng me refiero al sonido de dicho dígrafo en la palabra inglesa king, no en finger. Hw, hl y hr son los correlatos sordos de w, l y r, y hy suena como en alemán la ch de ich. El finés también tiene b, g, f y sh, pero sólo aparecen en préstamos léxicos y no se consideran fonemas de la lengua.

Como muestra la comparación, el finés tiene muy pocas consonantes, sobre todo sonoras. Incluso la d, la única oclusiva sonora, es un fonema relativamente moderno creado por el lenguaje escrito.

Uno de los rasgos característicos del finés es el fenómeno llamado gradación consonántica, esto es, la lenición de t, p, k en determinadas posiciones. Por ejemplo, si añadimos el sufijo de genitivo -n al vocablo lappu, la doble consonante se ve reducida a una sola y se obtiene lapun. De forma similar, una p sencilla se transforma en v, de modo que el genitivo de tapa es tavan. El quenya no posee un sistema similar.

Las vocales son muy frecuentes en finés. Aproximadamente uno de cada dos sonidos en finés es vocálico y las palabras terminan habitualmente en vocal. Ambos rasgos están también presentes en el quenya. La riqueza en vocales debe de haber sido uno de los rasgos del finés que más impresionó a Tolkien.

El quenya tiene cinco vocales, a e i o u, mientras que el finés tiene ocho, a e i o u y ä ö. Al carecer el quenya de las vocales anteriores y, ä, ö, no podría tener armonía vocálica, otro rasgo característico del finés. En finés, estas vocales no pueden aparecer junto a las posteriores a, o, u en una misma palabra (e, i son neutras al respecto).

Ambos idiomas evitan los núcleos consonánticos, el finés quizá incluso en mayor medida que el quenya. Esto, junto a la frecuencia de las vocales, infunde a ambos lenguajes un mismo “estilo”. Sin embargo, debido a las muchas diferencias arriba mencionadas (y a las diferencias ortográficas), el quenya escrito por lo habitual no le resulta muy familiar a un finés. Probablemente, tampoco el quenya hablado le sonará familiar, debido a la posición diferente de las sílabas tónicas, que sigue una regla similar a la del latín, mientras que en finés la sílaba tónica es siempre la primera.

Vocabulario

Las Etimologías

El diccionario etimológico, conocido simplemente como las Etimologías, publicado en El Camino Perdido, se organiza alrededor de “radicales primitivos”, de las cuales derivan todas las palabras. Fue escrito justo antes que El Señor de los Anillos, lo que significa que su q(u)enya no está aún maduro del todo, pero sí muy cercano. En cualquier caso, es la fuente más importante de vocabulario élfico. Contiene, grosso modo, algo menos de 600 radicales y unas 1000 palabras del quenya.

Rautala ha examinado las Etimologías y ha encontrado vocablos fineses reconocibles bajo quince radicales. Dichos vocablos tienen tanto un significado semejante en ambos lenguajes como una pronunciación idéntica o casi idéntica. La autora ha tenido en cuenta las palabras quenya, sus formas tempranas (élfico primitivo) e incluso sus radicales. Utilizando este método, podría afirmarse que un reducido porcentaje del léxico del quenya está influido por el finés.

Sin embargo, me gustaría limitar este examen a las palabras quenya que efectivamente pueden identificarse como finesas. Estaríamos hablando de unas once palabras de entre un millar; en otras palabras, alrededor de un uno por ciento de los vocablos quenya de las Etimologías proceden directamente del finés. A continuación señalo los vocablos de las Etimologías que me parecen préstamos directos.

QuenyaFinés
anta- “dar”antaa “dar”
et- prefijo “ante, fuera de”eteen “anterior, delantero”, etu- prefijo “ante-”
hala “pececillo”kala “pez”
kulda “del color del fuego, rojo dorado” y otras formaskulta “oro”
lapse “bebé”lapsi “niño”
nasta “punta de lanza, punta, sangre, triángulo”nasta “chincheta, punta”
panya- “fijar, poner”panna “poner, ubicar, colocar, tender”
rauta “cobre”, luego cambiado a “metal”rauta “hierro”
tie “camino, curso, línea, dirección, vía”tie “carretera, camino, vía”
tereva “fino, agudo” (de una forma anterior que significaba 'penetrante, agudo') terävä “aguzado”
tul- “venir, llegar (al punto de vista del hablante)”tulla “venir”

Para saber lo significativas que son exactamente esas proporciones, haría falta saber cuánto del léxico del quenya se ha tomado prestado de lenguajes que existen y cuánto es pura invención. Por desgracia, soy incapaz de hacer una estimación al respecto. Tolkien desde luego que tomó palabras de diversos lenguajes además del finés, como el hebreo, el árabe, el chino, el griego y las lenguas escandinavas.

Además de los préstamos léxicos propiamente dichos, las Etimologías contienen palabras en quenya que existen en finés pero con un significado completamente diferente. Tolkien probablemente sabía suficiente finés como para reconocer muchas de esas palabras, pero creo que algunas son simplemente el resultado de la similitud fonética más que préstamos propiamente. Diría que hay más de ochenta de tales vocablos en las Etimologías. Muchos de ellos parecen obedecer al esquema CVC-CV (C=consonante, V=vocal). Véanse algunos ejemplos:

QuenyaFinés
amme- “madre”aamme- “bañera”
arka- “estrecho”arka- “tímido, temeroso”
harya- “poseer”harja- “un cepillo”
kúma- “el Vacío”kuuma- “caliente”
lanta- “caer”lanta- “estiércol”
poika- “limpio, puro”poika- “niño, hijo”
ráka- “lobo”raaka- “crudo, áspero, cruel”
Vala- “potestad, dios”vala- “juramento”

En estrecha relación con el anterior grupo están aquellas palabras que bien podrían ser finesas, pero que no lo son. (Por ejemplo, morko, lepse, lauka) Tales palabras a menudo difieren ligeramente de una palabra finesa existente, o tienen unas características fonéticas apropiadas para el finés. Dicho conjunto léxico es mayor que el de palabras auténticas finesas en quenya. Sin embargo, alrededor de un tercio del léxico del quenya de las Etimologías es incompatible con el finés 3. En gran medida, esto se debe a las diferencias consonánticas ya mencionadas.

Otras fuentes

Consultando El corpus quenya de Fauskanger podemos hacernos una buena idea del vocabulario del quenya no procedente de las Etimologías. Son sobre todo palabras provenientes de textos posteriores y probablemente dan una buena idea de la última visión del lenguaje por parte de Tolkien.

El análisis de ese glosario viene a arrojar el mismo resultado que las Etimologías. De nuevo una tercera parte de las palabras claramente no se ajusta a la fonología finesa y entre las restantes se dan algunas palabras finesas con significado diferente, si bien no con tanta frecuencia como anteriormente.

Tal vez lo más notable es que, tras las Etimologías, Tolkien parece haber dejado de usar préstamos del finés. No encontré ninguno en estas listas.

Vocablos fineses en El Señor de los Anillos

A muchos les puede interesar saber cuántas influencias finesas se han deslizado en la que es la obra más popular de Tolkien. Al contrario que en El Silmarillion, no parece que en ESdlA haya conexiones evidentes con Finlandia en la historia en sí, pero sí que hay frases en quenya con vocablos fineses. He encontrado estos tres:

  1. En el Lamento de Galadriel cuando la Compañía sale de Lórien (Libro Segundo, Cap.8), 11º verso:

    ar ilyë tier undulávë lumbulë
    "y todos los caminos se han ahogado en sombras"

    Tier es el plural de tie, “camino” (el finés tiene tie, “carretera”).

  2. En el 13º verso del mismo Lamento:

    i falmarinnar imbë met, ar hísië
    "...sobre las olas espumosas que nos separan, y la niebla..."

    La palabra met deriva del pronombre me “nos”, más el sufijo dual -t, que indica que hay dos personas implicadas. Me significa “nosotros” en finés.

  3. En las palabras que Aragorn recita en su coronación (Libro Sexto, Cap. 5), originalmente pronunciadas por Elendil:

    Et Eärello Endorenna utúlien
    “Del Gran Mar he llegado a la Tierra Media”

    Utúlie (el sufijo -n significa “yo”) es el pretérito perfecto de tul- “llegar”, que tiene el mismo sentido que tulla en finés. Otro posible elemento finés en esta oración es et. Aquí significa “fuera de”, pero también podría traducirse como “adelante”, un poco como eteen en finés.

Nombres

Asimismo, algunos nombres propios en las obras de Tolkien presentan influencia del finés. Sin embargo, hay que ser muy cauto a la hora de sacar conclusiones, pues hay que recordar que, en los lenguajes de Tolkien, las palabras se interrelacionan y los nombres propios poseen significado.

Por ejemplo, de Anna sugiere que Valinor, que a menudo se asocia con la luz en la mitología tolkieniana, pudiera estar relacionado con valo, el término finés para designar la luz. Es enteramente posible, pero puede que el asunto no sea tan sencillo. Valinor significa “la tierra (o la gente) de los Valar” y, según de Anna, el nombre de los Valar no procede del finés, sino del escandinavo antiguo, en el que significaba “una profetisa” Debido a dificultades como ésta, a menudo no podemos sino especular.

De Anna también presenta la idea de que un término del quenya temprano para el sol, Kalavent- / Kalavún- (“nave de luz”), podría haberse inspirado en el finés kalavene (“barco pesquero”) ¡De ser cierto, el vocablo kala, que se mantuvo en uso como palabra importante (presente en los nombres Calacirya y Calaquendi), podría tener un muy interesante origen finés! (Ya hemos visto en la anterior lista que el quenya posee también la palabra hala, “pececillo”).

Hay un grupo de nombres en quenya que se parecen a ilma (“aire”) y a Ilmarinen (un personaje del Kalevala, en un principio una deidad finesa):

Resulta significativo que Ilmarinen pueda dividirse en Ilmari + el diminutivo -nen. ¿Tenía Tolkien la intención de asociar Manwe con Ilmarinen, el dios de los viajeros y de los vientos en la antigua religión finesa, o es el vocablo ilma la única relación entre ambos? Los más osados pueden asimismo aventurar si acaso Silmaril y las voces relacionadas se encuentran influidas por ilma.

La semejanza entre los nombres de Eru Ilúvatar e Ilmatar del Kalevala incita a la especulación, sobre todo si tenemos en cuenta que ambos participan en la creación del mundo. Otro nombre del quenya que cabría en el Kalevala es Annatar, que Sauron usa en la Segunda Edad. Sin embargo, probablemente sea una simple coincidencia. En finés, -tar/tär es un sufijo femenino, presente en muchos nombres en el Kalevala. En quenya, tar es “alto” o “señor”.

Fuentes

Bradfield, Julian. "Elvish Pronunciation Guide." http://www.dcs.ed.ac.uk/misc/local/TolkLang/pronguide.html

Carpenter, Humphrey. J.R.R. Tolkien: elämäkerta. [traducción al finés de J.R.R. Tolkien: A Biography. Existe traducción al español: J.R.R. Tolkien: una biografía. Ed. Minotauro]

De Anna, Luigi. "The Magic of Words: J. R. R. Tolkien and Finland." Scholarship & Fantasy: Proceedings of The Tolkien Phenomenon. Ed. K. J. Battarbee.

Fauskanger, Helge.

Hakulinen, Lauri. Suomen kielen rakenne ja kehitys. [Un libro sobre la estructura y evolución del finés.]

Rautala, Helena. "Familiarity and distance: Quenya's relation to Finnish." Scholarship & Fantasy: Proceedings of The Tolkien Phenomenon. Ed. K. J. Battarbee.

Tolkien, J. R. R. The Lost Road and Other Writings. Ed. Christopher Tolkien. The History of Middle-earth vol. 5. (Existe traducción al español: El Camino Perdido (Historia de la Tierra Media 5) Ed. Minotauro)

Notas

1 La dh de raudha se pronuncia como en inglés la th de this.

2 El listado de las consonantes del quenya se basa en el Ancient Tongue de Fauskanger. V. Bradfield para una presentación ligeramente diferente que hace el sistema aún menos similar al finés.

3 La cantidad depende en gran medida de cómo se calcula. Decidí considerar los vocablos con d incompatibles con el finés, aunque la d aparece en finés como forma lenitiva de t en algunas formas declinadas (y en préstamos léxicos recientes).

Harri Perälä, harri.perala@iki.fi

N. del A.:

La versión en inglés de este texto se publicó el 8 de enero de 2000. Las últimas correcciones ortográficas menores se efectuaron el 7 de mayo de 2005.

La página ya no se actualizará, aunque hay numerosas mejoras que podrían hacerse. Doy las gracias a cuantas personas que me han hecho saber su opinión sobre el artículo, a pesar de que no he aprovechado muchos comentarios valiosos.

Estudios sobre la obra de J.R.R. Tolkien

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